Friday, January 12, 2007
PRESIDENTE LULA DA SILVA COMIENZA SU SEGUNDO MANDATO

La ceremonia no igualó las escenas de euforia de hace cuatro años, cuando Lula da Silva se convirtió en el primer presidente de clase obrera en llegar al poder en el mayor país de América Latina.
“Uno de los más profundos compromisos que tengo conmigo mismo es decir de dónde vengo” declaró en alusión a su humilde cuna y ratificó que “defender los intereses de los más pobres es lo que me guía en este camino”.
Aunque pidió que no le hablen de crecimiento si éste no va acompañado de una mayor redistribución de la riqueza, los expertos destacan la necesidad de que crezca la economía nacional.
La baja tasa de crecimiento fue una de las constantes críticas de la oposición durante la campaña electoral en la que Lula se impuso en la segunda vuelta con más del 60% de los votos.
Cifras del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas indican que en el tercer trimestre del año que termina, el Producto Interno Bruto (PIB) brasileño creció 3,2%, comparado con el mismo período del 2005 y 0,5% con respecto al segundo trimestre.
Economistas de los mercados financieros mantienen sus pronósticos sobre el crecimiento de la economía de Brasil para el cierre del año en 2,7%. Esta cifra no es suficiente para enfrentar las necesidades sociales del país, de acuerdo con analistas económicos.
A la vez que aumentar los índices de crecimiento, Lula enfatiza en la necesidad de aplicar una política de austeridad fiscal y amenaza que utilizará su poder de veto para eliminar las propuestas de gasto “excesivo” aprobadas por el Congreso.
Insiste en la necesidad de una reforma fiscal. “Necesitamos debatir reformas. Necesitamos el valor para poder hacer lo que no hemos hecho en el transcurso de los últimos cuatro años”.
Hace unos días Lula firmó un acuerdo con los sindicatos que incrementaría el salario mínimo mensual en 8,6%.
PROGRAMAS SOCIALES
Durante su primer mandato Lula logró disminuir indicadores de pobreza gracias a la estabilidad económica y programas de subsidio, pero el combate a la pobreza sigue siendo el gran reto de su presidencia.
Sectores como
Entre las demandas sociales, el espectro de la corrupción que ha golpeado duramente al gobernante Partido de los Trabajadores y la urgencia del crecimiento, Lula juró en una ceremonia sin estridencias. A pesar de la sencillez, fuentes oficiales estiman que se gastaron unos US$ 541.000 en una fiesta popular organizada para que el público celebrara la investidura del presidente.
A la ceremonia de juramento al cargo celebrada en el plenario del Congreso no fueron invitados mandatarios extranjeros, por decisión del propio presidente, que, según fuentes oficiales, no quiso causar molestias a nadie un 1 de enero, fecha en que se celebra la ceremonia de investidura en Brasil, según estipula su Constitución.