Monday, January 08, 2007
BUSH APOYA GESTION DE MALIKI Y DESCARTA PARTICION DE IRAK

El Presidente de EE.UU., George W.Bush, pidió que se acelere el entrenamiento de fuerzas de seguridad iraquíes y que el Primer Ministro Nouri al-Maliki tenga más efectivos bajo su control, durante una conferencia de prensa conjunta con al-Maliki, luego de una reunión en Amman, Jordania.
Bush lo describió como “líder fuerte” y manifestó que las tropas estadounidenses permanecerán en Irak mientras Bagdad requiera ayuda.
Al-Maliki dijo que cualquier división de Irak en zonas autónomas, no son solución para los problemas del país y que sólo aumentaría la violencia.
En este sentido, Bush, expresó, “El éxito de Irak depende de un Irak unido”.
La muestra de apoyo de Bush se produjo luego que funcionarios estadounidenses insistieron que el líder iraquí no estaba ofendido por un informe elaborado por
Bush manifestó que él y al-Maliki descartaron toda idea de dividir Irak como una manera de detener la creciente violencia entre facciones religiosas. Agregó, que ambos habían coincidido en acelerar el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes y que las autoridades locales se hicieran cargo de la seguridad. “No es fácil para un militar desarrollarse desde cero”, dijo acerca de los esfuerzos de al-Maliki para conformar fuerzas militares propias y reconoció que el líder iraquí estaba “frustrado por el ritmo”.
GRAVE SITUACION
El encuentro entre ambos líderes se realiza en momentos en que la situación de violencia en Irak empeora día a día.
El diario estadounidense The New York Times había publicado detalles de un memorando en el que el asesor de seguridad nacional del Presidente Bush, Stephen Hadley, plantea sus dudas sobre el primer ministro iraquí. El gobierno estadounidense negó que haya habido fricciones diplomáticas debido a la filtración de este informe.
En protesta por la reunión entre ambos mandatarios, un grupo político chiíta leal al clérigo Moqtada al-Sadr anunció que sus 30 miembros del parlamento y cinco ministros del gabinete suspendían su participación en el gobierno iraquí.
El rey Abdalá de Jordania, por su parte, dijo que estaba preocupado acerca de la creciente violencia en Irak y urgió a sus dirigentes a no permitir la desintegración de Irak.
Maliki dijo que su país quería mantener buenas relaciones con sus vecinos, pero advirtió contra injerencias externas. “Irak es para los iraquíes. Sus fronteras son defendidas y no permitiremos que sean violadas o que la gente interfiera en nuestros asuntos internos”, declaró.
Mientras tanto, en Dubai, un grupo combatiente iraquí instó a sus seguidores sunitas en Bagdad a llevar adelante una guerra sagrada contra las milicias chiítas. “Bagdad es nuestra ciudad. No la abandonen por los extranjeros que tratan de expulsarlos. Es una batalla del destino” expresó el grupo Ejército Islámico en Irak, en un comunicado aparecido en un sitio web islamista.