Wednesday, October 04, 2006
EN EE.UU. CONDENAN A FUNDADORES DEL CARTEL DE CALI A TREINTA AÑOS DE PRISION

“Voluntariamente me someto a la justicia norteamericana”, declaró de manera solemne Gilberto Rodríguez Orejuela. Junto a su hermano Miguel concurrieron al tribunal vestidos como ejecutivos, de trajes oscuros, pero con esposas en las muñecas y tobillos.
Por su parte, su hermano Miguel expresó “Me siento honrado de estar ante esta Corte. Hago esto plenamente convencido de que será para algo mejor”. Además, pidió disculpas a su familia “por el sufrimiento que pude haber causado”.
Al magistrado federal de Miami, Federico Moreno, sólo le tomó unos minutos el decretar la sentencia, una vez que ambos ex jefes del Cartel de Cali presentaron su declaración reconociendo su culpa.
La audiencia constituyó el final de una serie de negociaciones, sin precedentes, entre los hermanos Rodríguez Hijuela y la fiscalía federal.
Se estima que tanto Gilberto de 67 años, como Miguel, de 62, permanecerán en prisión hasta su muerte. La fiscalía los acusó de ser responsables de hasta un 80% de la cocaína introducida a los EE.UU.
A cambio de su reconocimiento de culpabilidad, los Rodríguez Orejuela obtuvieron inmunidad para seis miembros de su familia, los cuales hubiesen podido ser deportados desde Colombia y procesados en EE.UU., como les ocurrió a ellos.
La inmunidad da como resultado que los seis familiares no serán juzgados en EE.UU. por cargos relacionados con el narcotráfico, obstrucción de la justicia y lavado de dinero.
Los hermanos y sus familiares podrán retener parte de sus bienes, siempre que no provengan del narcotráfico, incluyendo una propiedad situada en España.
Además, se comprometieron a renunciar a la riqueza obtenida por medios ilícitos.
Por otra parte, el gobierno estadounidense garantizó a ambos, que no tendrán que servir de testigos en otros casos pendientes o futuros contra supuestos narcotraficantes.
LARGA INVESTIGACION
Las investigaciones estadounidenses, en el caso contra los hermanos Rodríguez Orejuela comenzaron hace 15 años, al descubrirse un cargamento de cocaína en Miami, dentro de sacos de cemento provenientes de Colombia.
En los meses siguientes, el FBI y otras agencias se sorprendieron por la originalidad de los contrabandistas, ya que toneladas de droga se encontraron en embarques de brócoli, postes de cemento y cajas de zapatos, entre variados productos.
El acuerdo extrajudicial que se concluyó ante el tribunal fue posible, después que el hijo de Miguel Rodríguez Orejuela, William Rodríguez Abadía, se declaró culpable del cargo de narcotráfico, a comienzos de este año. Con esto, la fiscalía se encontró en una mejor posición para lograr la declaración de culpabilidad de los hermanos.
Los hermanos fueron capturados en Colombia en 1.995 y extraditados a Miami entre 2.004 y 2.005. El motivo de la extradición fue el alegato de la justicia estadounidense, de que ambos siguieron dirigiendo una red de narcotraficantes desde la prisión.
Colombia y EE.UU. suscribieron en 1.997 un tratado de extradición, que eximió de cargo en territorio norteamericano a personas que hubiesen cometido delitos de narcotráfico antes de ese año. Por eso los hermanos no fueron juzgados por cargos anteriores, pese a que EE.UU. siempre destacó que las condenas que recibieron en Colombia fueron “muy suaves”.
En todo caso, esta disputa fue irrelevante después que Rodríguez Abadía se declaró culpable de ayudar a dirigir los negocios vinculados a la cocaína de su padre y de su tío, mientras estaban en prisión.