Thursday, June 22, 2006
ALERTA POR BALLENAS EN PELIGRO

La Comisión Internacional de Caza de Ballenas (IWC) en su reunión anual, votará esta semana sobre la continuación de una prohibición que ha estado vigente durante dos décadas.
Existe preocupación y alerta entre los activistas por los derechos de los animales, debido a que este año los gobiernos a favor de la caza, tales como Japón, Noruega e Islandia, podrían tener mayoría de votos.
En las últimas semanas, países que apoyarían esta iniciativa, como Guatemala, las Islas Marshall y Camboya, se han unido a la organización y pueden sumar sus votos para eliminar los programas de conservación y protección de los cetáceos.
Quines se oponen a levantar la restricción acusan a Japón de ofrecer incentivos a países pobres para que otorguen un voto a favor, lo que Tokio rechaza.
Vassily Papastvrou, biólogo marino del Fondo Internacional para la Protección de lo Animales, expresó “Por primera vez desde la década de los 70s, la IWC estará bajo el control de los cazadores de ballenas”.
El bloque liderado por Japón insiste en que un regreso limitado a la caza comercial es posible, debido al alto número de ballenas, que hace que la especie hubiere quedado completamente fuera del peligro de extinción.
Rune Fovik, portavoz de la Alta Alianza del Norte, en Noruega, manifestó “Estamos recogiendo el excedente natural. No se requiere destruir la naturaleza, para desarrollar esta actividad”.
La IWC se creó en 1.946 con el propósito fundamental de regular la caza comercial de las ballenas.
Al comprobarse que algunas especies estaban en peligro de extinción, la organización decidió establecer una restricción global de la actividad en 1.986.
Actualmente Japón e Islandia cazan las ballenas de forma restringida, bajo la norma que permite hacerlo con fines de “investigación científica”. Por su parte Noruega, que planteó una objeción formal, ha seguido desarrollando la actividad.
El bloque que se opone al levantamiento de la prohibición lo lideran Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido.
JAPON
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) había pedido a Japón que detuviera su programa de captura de ballenas con “fines científicos”.
Tanto gobiernos como organizaciones e investigadores de muchos países consideran que el programa japonés sirve de pantalla para fomentar la caza comercial de la ballena, cuya carne es muy apreciada en el país asiático.
Japón había anunciado la intención de ampliar la caza anual en los mares antárticos, en especies, que según los ecologistas, corren riesgo de extinción.
El CBI sometió a votación la propuesta de Japón, en su reunión anual y 30 países se opusieron a ella. Aunque 27 países la apoyaron, entre ellos Islandia y Noruega y uno se abstuvo, hubo dudas sobre este respaldo, y que Japón había reconocido en el pasado que utiliza la ayuda exterior para obtener apoyo en su campaña destinada a que se levante la prohibición internacional de la caza.
La CBI también rechazó por 30 votos contra 25 y 2 abstenciones, una propuesta japonesa de abolir un “Santuario del Océano Antártico”, establecido por la comisión.
Sin embargo, tras la votación, la delegación japonesa insistió en que continuará con su programa, llamado JARPA-2, asegurando que se ajusta a las reglas del CBI.
Según la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas, refrendada en 1.946, prácticamente cada país puede decidir cuántas ballenas matar en nombre de la ciencia.
Diferentes grupos de protección de los animales han condenado la insistencia de Japón de cazar ballenas.