Abriendo Conversaciones

Tras el triunfo de Evo Morales se presentan los nuevos desafíos que deberá sortear tanto en el frente interno como su política exterior para con los países vecinos.

En la historia reciente de Bolivia, ningún candidato había obtenido más de un 36 % de los votos, la contundente victoria de Evo Morales en las urnas le da una fuerza y una legitimidad nacional, lo que le permite la convocatoria próxima a una Asamblea Constituyente.
Pero hay que considerar que se abren, además, problemas y desafíos en esta misma victoria, los dirigentes del Alto ya lo han emplazado a nacionalizar los hidrocarburos en tres meses, sin considerar que hay enormes inversiones extranjeras, especialmente de Brasil, que esperará compensaciones en el caso de una expropiación, asimismo, las compañías internacionales ya han expresado que recurrirán a los tratados internacionales de protección de inversiones para cautelar sus intereses en Bolivia. De esta manera, Evo Morales tiene que conciliar las demandas de sus electores, mantener flujos de ingresos y evitar demandas internacionales. También tiene que considerar los distintos requerimientos y demandas regionales y peticiones de autonomía.
En el frente externo sus proyectos de reformas internas afectan los intereses de varios países, incluyendo Chile.
Evo Morales ha realizado múltiples encuentros con los Presidentes Lula de Brasil, Hugo Chávez de Venezuela y Néstor Kirchner de Argentina. La nacionalización de los hidrocarburos afectará a los países que provee gas a precios bajos, Argentina y Brasil. La posible legalización de la coca impactará fuertemente a Estados Unidos, que lleva tres décadas intentando erradicarla. La convocatoria a una Asamblea Constituyente atraerá interés de Venezuela, que busca ser un modelo político de un proyecto de gobierno y en este sentido lo que ocurra con Bolivia tendrá también efectos en Perú y Ecuador.
En Sudamérica se vive un momento muy particular, con un cambio nítido de la orientación de diferentes gobiernos y lo que ha ocurrido con Evo Morales tiene un efecto que es la nueva representación de sectores que antes han estado marginados de los centros de poder. Algunos analistas bolivianos opinan que no se debe exagerar la importancia de la política exterior, ya que el tema principal es el de los hidrocarburos, pero que no es traumático, ya que los temas serán discutidos por un gobierno que tiene más legitimidad que los anteriores.
En el caso de Estados Unidos, se cree que si Estados Unidos critica ideológicamente a Morales y presiona por la erradicación de los cultivos de coca, Morales podrá retomar un discurso antiimperialista. Pero que si Washington mantiene una política pragmática de cooperación y evita comentar la política boliviana, puede evitar que Morales cumpla su proyecto de revertir la política antidroga que promocionan los norteamericanos y que ha generado radicalización de campesinos empobrecidos, sin conseguir los resultados esperados.

RELACIONES CON CHILE

Evo Morales ha declarado que si Chile quiere diplomacia, gas y comercio, tiene que haber mar para Bolivia. Con esta declaración Evo Morales ha expresado que cualquier negociación deberá pasar por la centenaria reivindicación marítima boliviana. El endurecimiento del discurso, hace temer un retroceso respecto a lo logrado en los últimos meses con el Presidente Eduardo Rodríguez, quien fue criticado por Morales por cerrar acuerdos con Chile, los cuales anunció que serían revisables.
En todo caso, siempre queda la esperanza que su categórico triunfo le permita no tener que recurrir al expediente de antichilenismo y entender que no es bueno para las relaciones de ambos países si se reduce la agenda sólo a la demanda marítima.